¿Cómo la quieres mi amor? ¿Es de pasaporte? Buenísimo chica, que rico
viajar, escaparse un poquitico del invierno ¿Te podrías soltar el pelo no?
Tienes un pelo precioso ¡No sabes cómo me gustaría tener el pelo así! Haber,
deja que arme yo tu nombre con las letritas. No me cuesta nada, tengo práctica.
Nunca había escuchado ese nombre ¿Eres
de acá? Tienes cara de extranjera ¿Qué
te gusta mi pelo a ti también? Bah, es una pura complicación. Sí, tengo
parientes negros. Pero negros negros, como el carbón. ¿Nunca has ido al Caribe?
Es hermoso, chica, hermosísimo. Sí, trabajo en la galería desde hace varios
meses ya. He soportado todo el invierno. No sé cómo mi amor ¡Es que hace tanto
frío! ¡Esta cuidad parece un frigorífico! Viste que es difícil para mí ponerme
toda esta ropa. Allá andaba siempre ligera, por la humedad. Haber, espérame un ratico que algo le
pasa a esta máquina. No te preocupes que la arreglo en un santiamén. Siempre
tiene el mismo problema ¿Qué porque me vine? Bueno por la situación de mi país,
es que allá la cosa es muy difícil,no cualquiera puede ganarse la vida así no
más. Hay que trabajar muy duro. Bueno como acá claro. La diferencia es que aquí
vivo sola. Sí, tengo un hijo, pero se quedó en la isla con mi mamá. Se llama
Michael. Tiene siete años, y me vine para poder mandarle dinero. Es que me
dijeron que aquí la cosa estaba muy buena. Pero a decir verdá, es más o menos
lo mismo. Aunque con más frío como te dije, y la gente que es como tan hacia
adentro ¡Yo no sé qué les pasa! Debe ser por lo del clima, o porque comen pocas
frutas. Les cuesta mucho sonreír. Todos llegan aquí a sacarse fotos con cara de
estar enojados. Yo no sé de qué, aunque me lo imagino. Es el cansancio supongo.
Pero ayer conocí un tipo simpático, sabes. Venía de hablar por teléfono con mi
hijo, que me contó que estaba jugando muy bien al beisbol y ganaba todos los
partidos porque le pegaba a la pelota con mucha fuerza, como queriendo que
llegue hasta acá ¡Mira que es loco! Y me
puse contenta, hasta que me dijo que le va mal en la escuela, porque me extraña
mucho, que no se puede concentrar en clases del sueño, porque estaba
acostumbrado a dormirse mientras yo le rascaba la cabeza, entonces no descansa
por las noches, tiene pesadillas, me dijo, vente mami, acá nos arreglamos. Y bueno, yo me quedé con
un nudo en la garganta sabes, porque no me gusta llorar adentro de esas cabinas
de teléfonos, entonces iba saliendo y el tipo este bien simpático así alto y
como con más risa que el resto de los hombres que andan en la calle, me invitó
a unos tragos y yo le acepté. Lo que nunca chica, porque ni salgo de noche para
ahorrar lo más posible. Porque te conté que lo que gano me lo voy gastando casi
todo, no puedo mandar mucho para allá, o sea, igual gano, pero no tanto cómo creía
sabes. Y me parece que nunca me va
alcanzar para comprar mi pasaje de vuelta. Bueno, la cosa es que el tipo este
me dijo que no me preocupara de la plata que él me iba a pagar todos los tragos
que quisiera, que tomara no más tranquila, que me desahogara. Entonces me quedé
muchas horas en el bar este, que aunque estaba un poco feo, me reí harto sabes,
me reí hasta que me quedé dormida, y no me acuerdo mucho más oye. Qué locura.
Pero lo pasé muy bien, cómo en las fiestas de la isla, bueno no tanto pero
estuvo divertido. Si, quedó en llamarme de nuevo, y en que le iba a dar mi
teléfono a otros amigos, que también tenían buena situación y podían ayudarme.
Haber, sí parece que al fin pude arreglar esta cosa. Okey ahí sí, ahí prendió
la lucecita, eso ponte derechita chica que así te ves más linda, claro, mírame
un poquito mi amor, eso relájate. Y a ver si te ríes un poco que tienes cara de
funeral.
Lenguaje y Geografía
jueves, 5 de octubre de 2017
viernes, 26 de mayo de 2017
PECES DE AGUAS DESCONOCIDAS
La mujer que atiende la
pescadería de mi barrio
tiene el pelo rojo
como la sangre de los peces
frescos
facciones delicadas, una
voz fuerte
¿Que vas a querer guapa?
exclama apenas entro.
Le digo que no sé nada
acerca de los peces de
estas aguas
ella me los presenta, los
enumera
al tiempo que señala sus cadáveres.
Yo miro con atención sus
formas
no los reconozco, pero
identifico
en sus rictus de muerte
una tristeza nueva y
poderosa.
El brillo apagado de sus escamas
me regala nuevos prismas
reveladores un orden
antiguo
escrito en los corales.
Ella afila sus cuchillos
rompe el silencio,
recomienda
uno de nombre extraño
que asegura es delicioso
por ser de roca
y no moverse en aguas
profundas
donde son turbias las
mareas
el fondo marino insondable.
Acepto su sugerencia
porque el pez en cuestión
no es ni muy grande ni muy
chico
ni feo ni bello
sino simplemente un cuerpo
blando
que ha perdido su pulsión.
El olor de sus vísceras
me asquea y me recuerda
cuando mi papá volvía de la
pesca triunfante
a darme un beso mostrándome
una cesta
llena de peces muertos
y luego me pedía compañía
mientras limpiaba los
parásitos
que vivían ocultos entre
sus tripas
como tesoros escondidos o sentimientos
que yo aprendí a controlar
para no desbordarme en cada
esquina:
No llorar por la cadena
alimenticia
y los nombres que no
retengo
y las aguas turbulentas,
las mareas,
los cuchillos.
¿Quieres la cabeza para hacer una sopa?
pregunta la mujer tras
arrancar el espinazo
y pesar los trozos en una
balanza de metal
que podría determinar,
estoy segura
la justa medida de todas
las cosas.
Yo asiento y casi casi
recuerdo
el momento exacto
en que me resigné a no
convertirme en un pez
a aceptar el beso de mi
padre disimulando la arcada
cuando la mujer de pelo
rojo
me entrega la carne blanca
y limpia
envuelta en un diario donde
pueden leerse
las últimas noticias
internacionales.
martes, 14 de marzo de 2017
POEMAS SOBRE MI NORMALIDAD
1.
Antes
de encerrarse por un tiempo largo
mi
madre me contó una historia
intentaba
hacerme dormir.
Era
sobre una casa llena de escondites
ruidos
y polillas que la noche entrega
como
un banquete sofisticado
a los
que permanecen despiertos.
Una
niña recorría la casa
no
sabía con quien hablar
no
sabía conciliar el sueño.
Mi
madre me dijo que la niña se parecía a mí
que
también tenía nombre de flor
pero
adiviné que en realidad hablaba de ella
como
todo lo que se cuenta en voz baja.
La vi
sonámbula por su jardín
asustada
entre las ramas
meándose
sobre el colchón todavía húmedo
de la
noche anterior.
Estábamos
más cerca que nunca
su
cuerpo me envolvía
como
un viento o un rezo antiguo
como
el sonido de la lluvia sobre el techo.
Al
terminar se adormeció a mi lado
pero
yo no me entregué al sueño
me
sujeté del eco de su voz dulce
estuve
callada junto a su cuerpo inmóvil.
Esa
noche supe
que a
pesar de ser una niña
era
del todo libre
porque
podía permanecer despierta
en la
oscuridad de los rincones.
2.
Mi hijo llega tarde de la casa de su padre
sujeta en sus manos un auto a control remoto
el
refrigerador está vacío y no ha comido
durante el día
ha caído agua del cielo
de manera intermitente
entonces tomo mi abrigo
camino en la oscuridad
en busca de alguna tienda abierta
pero todo está cerrado
como mi estómago
como las puertas de mi casa
para que no me siga el niño
apuro el paso
miro las luces encendidas
en las habitaciones estrechas
escucho personas que se llaman
a través de las paredes
se avisan que la comida está lista
los imagino en torno a una mesa
o haciendo el amor en silencio
para no despertar a los niños
que a esta hora intentan dormir
con los estómagos llenos
y los dientes lavados
un poco aturdidos
por el olor a parafina de las estufas
y el murmullo de los jardines
hidratándose
silenciosamente
la tierra está hinchada y satisfecha
como después de un largo almuerzo
donde todos quedan un poco borrachos
las cosas malas enterradas
en los pequeños jardines
tesoros escondidos entre las raíces
y los huesos que los perros guardan
para las mañanas de aburrimiento
me alejo cada vez más de nuestra casa
es que no puedo llegar con las manos vacías
el niño espera acostado en el suelo
el auto a control remoto gira a su alrededor
el hambre es una forma de tristeza me digo
el niño
no puede padecer
corro
hacia un farol rojo
encendido como la más bella promesa
al fondo de un pasaje
donde los adolescentes toman vino en caja
e improvisan
poemas líquidos que yo quisiera memorizar
mientras espero paciente
los arrollados primavera
la salsa tamarindo
el arroz blanco y tibio
que va a devolvernos la calma
afuera del local de comida china
dos policías vestidos de civiles
también esperan
fuman y
miran sus teléfonos
porque la violencia
sigue sucediendo esta noche
pero de todas formas
las cosas se ven brillantes y limpias.
3.
Despierto de una pesadilla
en la que todo mostraba su piel interna
lo que no desea verse
y pienso en que podría estar lejos
como en un cuento de Carver
tomando un trago seco
con un amante
norteamericano
en el lobby de algún hotel limpio y silencioso
que sólo existe en los pasillos de mi
imaginación.
Lo cierto es que no estoy sola
él duerme profundo a mi lado
y hemos hablado de tantas cosas
antes de acostarnos y apagar la luz.
Pongo el televisor sin volumen
él pone la almohada sobre su cara
enrolla sus pies con los míos
dice algo que no entiendo
y sigue roncando despacio
Tomo un cuaderno, garabateo frases
que intentan reconstruir mi pesadilla
sobre el reverso de las cosas
la piel que no se muestra
la vida que ya no espera
en otros hemisferios.
4.
Cuando todavía está oscuro afuera
exprimo naranjas para fortalecer
el sistema inmunológico
mantener nuestras defensas en alto.
Escucho que mi hijo se levanta
busca su ropa y como siempre
hay problemas con los calcetines;
tienen hoyos por donde se escapan sus dedos
ninguno tiene su par.
Cortas el pan, mueles
una palta todavía verde
y tomas café en silencio.
Nos preparamos juntos para salir a trabajar
el pan se quema sobre el tostador
miro la plantas aún dormidas en el patio
tras los dibujos complejos del rocío.
Grito un par de veces
para que el niño se
apure
porque va a llegar pronto el furgón
El baja los escalones de par en par
falta
que se ponga los zapatos
peinarse un poco
guardar la colación en la
mochila.
Veo los calcetines de distinto color
meciéndose en sus pies
mientras termina de comer el pan.
Cruzamos la calle de la mano
su mano pequeña y fría me sujeta fuerte
el viento helado del otoño me hiela el pecho
pero no tengo miedo a resfriarme
por el jugo de naranjas y porque sé
que puedo volver un rato más a la cama
encontrar
el calor de tu cuerpo
siempre dispuesto a ofrendarse al mío.
5.
mientras la marejada se achica a nuestros pies
Mientras conduces
pones un disco de Los Ramones
afuera las olas revientan con fuerza
casi chocan con el paseo peatonal
imagino que llegan hasta nosotros
y mojan los vidrios
como si estuviéramos dentro de una máquina para lavar autos
las ventanas están empañadas
de todas formas logro ver la espuma blanca
vamos a una comida de escritores
pero no conozco la dirección
no se ve el camino a través del vidrio
sin embargo confío
avanzamos con las luces altas
llevo dentro un ser en gestación
el también flota en la oscuridad
todo lo que me importa está muy cerca
los Ramones cantan repetitivamente
algo sobre el ruido y el amor
la perfección del ruido y el amor
tú vas callado
me gusta imaginarte adolecente
guitarreando canciones que
sabías a medias
en esa misma esa playa
que ahora está siendo devorada por las olas
porque la geografía cambia rápido
y estamos juntos
como en una película que hace un gran salto temporal
no tengo miedo de que choquemos
ni de que tomes una dirección equivocada
como tantas otras veces
y en vez de llegar a la comida de escritores
demos vueltas y vueltas por los cerros de Valparaíso
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